Hablar de toxicidad en las empresas no es hablar de comportamientos claramente ofensivos o faltas de respeto (que también). Toxicidad son también los pequeños detalles, esas “cosillas” que hacen que las cosas no fluyan como deberían, que surjan suspicacias, fricciones, comentarios…
Porque al final cultura es todo; cultura es favorecer la flexibilidad, el feedback, el desarrollo… pero también son las pequeñas cosas del día a día:
🚨Contestar los emails de los compañeros/as a tiempo
🚨 Asistir a las convocatorias o cancelarlas con tiempo suficiente y no en el último segundo
🚨 Atender en cuerpo, pero sobre todo en alma (y cerebro), a las reuniones
🚨No crear cuellos de botella absurdos para hacerse el/la importante
🚨 Mentir sobre un error propio para que otro/a se coma el marrón
🚨 Ponerse de lado en la toma de decisiones. Hasta en las más absurdas para que nadie te pueda echar en cara nada si la cosa sale mal
Porque sí, amigos/as, está la cultura con mayúsculas, pero también la cultura con minúsculas, y esa, la del día a día, la de los comportamientos y acciones que no se puntúan en la súper evaluación del desempeño anual, esa es la que acaba por echar por tierra tooooodo el trabajo que los equipos de People se esfuerzan por potenciar a nivel organizativo.
Los detalles SÍ importan.
(Imagen de miezekieze en Pixabay)
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